miércoles, 10 de diciembre de 2014

ESPARTA CONTRA ATENAS:

LA GUERRA DEL PELOPONESO


En la guerra del Peloponeso, la polarización del mundo griego en dos bloques encabezados por los principales contendientes, Atenas y Esparta. En cada grupo, los aliados adoptaron la constitución de la polis principal. El bloque espartano tenia sistemas políticos oligárquicos, y los aliados de Atenas, constituciones democráticas. Esparta pretendía sustituir un sistema democrático.

La guerra estalló porque los espartanos acusaron a los atenienses de no respetar una de las cláusulas del tratado de paz de los Treinta Años: respetar la autonomía de las ciudades. La Liga del Peloponeso celebró una asamblea en Esparta en 432 a.C.

Hicieron un primer intento para ampliar el conflicto solicitando a los corintios y a los espartanos, con sistemas políticos similares, que les restauraran en el poder, pero los peloponesios no quisieron involucrarse.los supervivientes de Corcira descubrieron de manera amarga cuanta muerte y destrucción podía traer mezclar gente de afuera.

Fueron casi treinta años de guerras, batallas y traiciones entre Esparta y Atenas. A su término, el brillo de la ciudad de Pericles se apagó, y con él se extinguió el fulgor de la Grecia clásica. 

Las guerras médicas de principios del siglo V a.C. salvaguardaron la independencia de Grecia frente al imperio asiático de los reyes persas, pero a la vez permitieron que en dos ciudades helénicas germinara la ambición de alzarse con la hegemonía sobre todo el mundo griego. 

Atenas, con su boyante comercio, su esplendor artístico y el poderío de su armada, se alzaba frente a la dueña del Peloponeso, Esparta, con su peculiar régimen aristocrático y su imbatible infantería. Cada una de las dos urbes organizó una liga de ciudades adictas, en un ambiente de recelos mutuos que estalló finalmente en el año 431. El pretexto lo dieron las medidas de Atenas contra Corinto, rival comercial y aliada de Esparta. La primera fase de la guerra produjo un desgaste parejo en ambas partes, y se resolvió con una tregua promovida por el líder ateniense, Nicias, en el año 421. 

El ascenso del joven e impetuoso Alcibíades en Atenas precipitó la reanudación de las hostilidades. Frente a la prudencia de Nicias, Alcibíades propugnaba una política agresiva contra Esparta, que pasaba por imponerle un bloqueo. Pese a que la infantería ateniense sufrió una grave derrota en Mantinea, en el año 415 la flota se lanzaba a una aventura aún mayor: la de conquistar Sicilia, aliada de Esparta. La defección de Alcibíades, acusado por el pueblo de impiedad, permitió a los espartanos acorralar a los atenienses en Sicilia e infligirles una derrota trascendental para el curso de la guerra. En los años siguientes Atenas, en medio de golpes de estado y luchas internas de todo tipo, logró aún rehacerse, gracias en parte al talento de Alcibíades. 

Pero tras la batalla naval de Ergopóstamos su resistencia se hundió y en el año 404 Lisandro, el general lacedemonio, desembarcaba frente a Atenas y ordenaba derribar sus murallas. Era el fin de una edad de oro de la cultura y de la democracia griegas, un período irrepetible al que sucedería el desencanto y la nostalgia.

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